Retención de talento: ¿Por qué el PSG lo hizo bien?
El fichaje de la temporada en el fútbol europeo es un jugador al que se logró retener.

Hace algunas semanas el PSG tomó una decisión controvertida. Decidió renovar el contrato del talento Kylian Mbapé pagándole 57 millones de euros por temporada. La cifra lo convierte en el futbolista mejor pagado del mundo y aunque la decisión del club parisino fue celebrada por sus hinchas, encontró una dura oposición de clubes, opinólogos y aficionados del Real Madrid que ya lo veían con la camiseta blanca en la próxima temporada. Las razones principales de tanta oposición fueron el fair play financiero, la inflación en los contratos de los futbolistas y en que no parece muy ético pagar esa cantidad de dinero mientras el mundo se sumerge en una crisis.
Son buenas razones igual como para mirar con recelo la movida de los dueños del PSG. Pero acá en Pipoll analizamos este tema desde la cultura del alto rendimiento y por eso bancamos a los dueños del equipo francés, sobre todo teniendo en cuenta la experiencia anterior en la que una chilena fue protagonista. Dos temporadas atrás el mismo equipo, pero en su rama femenina, había dejado partir a Christiane Endler a uno de sus rivales directos. ¿El resultado? La arquera chilena fue clave en la obtención de la Champions League con el Olympique Lyon, su nuevo equipo, eliminando en semifinales al PSG.
4 razones por las que está perfecto retener al talento: Mbappé en Paris.
- Una excelente fuente de talento es la interna. En las organizaciones suele mirarse hacia afuera cada vez que se requiere llenar un vacío y a veces se obvía todo el talento que ya está generando frutos desde la interna. Además tiene ventajas demasiado relevantes como para no tomarla en cuenta, una persona que ya es parte de la organización entiende su cultura, es parte de esa cultura, la vive y la construye con sus decisiones, actitudes, opiniones y liderazgo. Pero además hay una ventaja tremenda en promover el talento interno y es el mensaje que subyace a esa decisión: En esta empresa queremos que te desarrolles y que el crecimiento de la organización vaya de la mano con tu propio crecimiento.
- Perder a uno de los mejores jugadores del equipo, si es que no el mejor, es un golpe para la organización. No sólo se trata de ese talento específico, también impacta sobre las personas que se quedan en la empresa, startup o club deportivo. Es desmoralizante ver que alguien tan bueno optó por irse a otro lugar, ¿quiere decir que acá no tenemos lo que se necesita para que los más eficientes, empáticos y creativos se queden? Eso desde la interna pesa. Pero para afuera el mensaje también es negativo porque lleva a pensar que ese club no tiene la cultura, ni parece capaz de enfrentar desafíos relevantes, incluso puede afectar la relación con clientes que pueden ver cierta fragilidad en la estructura con la partida de tu talento.
- Dinero, plata, lucas. Según distintos estudios de consultoras especializadas en recursos humanos el costo de reemplazar a un empleado promedio en servicios varía entre la mitad y un salario anual del empleado. Eso sin contar los costos indirectos de dejar ir a tu talento como por ejemplo la pérdida de productividad que implica el ingreso de una persona nueva que no conoce procesos, no se ha familiarizado con el equipo y las tecnologías y que recién estará alimentándose de la cultura. En este caso, no estamos hablando de un colaborador promedio.
- Por último una opinión más futbolística-pipollística. Mbappé es joven y está en ascenso, ya fue campeón del mundo y es muy probable que sea el mejor futbolista del planeta durante esta década. Construir un modelo exitoso a partir de un talento joven, flexible y de alto impacto tiene mucho más sentido que hacerlo a partir de futbolistas que ya vivieron el peak de su rendimiento. No diré nombres para no herir sensibilidades.
Luego de hacerse pública la noticia de que Mbappé no iría al Real Madrid y que se quedaría en Paris, el jugador explicó que el dinero fue lo de menos. Lo realmente importante fue ver que el PSG tenía un proyecto donde su talento podía seguir creciendo y su carrera no se estancaría. Una reflexión que aplica al fútbol, pero también a todo tipo de organizaciones: "Dejar mi país en este momento no me parecía la decisión correcta. Hay un aspecto sentimental en este tema, y el proyecto deportivo también ha cambiado. Hablamos durante meses sobre el proyecto deportivo, pero solo hablamos de dinero unos minutos". Es lo que suele ocurrir, el sentido de pertenencia suele tener más peso que el dinero.